Empecé el día con el pie izquierdo. Hace mucho no lo hacía. Es más, ni siquiera me molestaba por alguna crítica que me hicieran o algo por el estilo. Pero hoy pasó. Y no por algo malo en específico que me haya ocurrido, simplemente fue como si el cuerpo me lo hubiera pedido. Creo que a veces, las crisis que nos ocurren son para darte la oportunidad de sacar todo para volver a empezar. La manera en la que uno se aísla y llora y se siente impotente es algo que de vez en cuando necesitamos. Es como un respiro al alma, la formación de un huracán que coge todo a su paso y se lleva todo, todo lo que nuestro ser necesita expulsar como medida de ayuda o simplemente como medida de liberación.