Tu recuerdo sigue aquí

Tu recuerdo sigue aquí, en mi mente. A veces hasta me imagino que estas aquí y hablamos. Y me creo guiones de nuestras conversaciones, palabras que me hubiera gustado decir y nunca te las dije, cambiando momentos y reacciones que me hubiera gustado ofrecerte. Pero creo que todo lo que fui e hice fue más que suficiente.

Cada noche que pasa y que ha pasado durante estos 5 meses te he abrazado y te he dicho en la mente «buenas noches», es como que siento y pienso que mis deseos te van a llegar y que mi recuerdo seguirá vigente ahí en alguna parte de tu pensamiento.

Pero luego soy más realista y recuerdo que eres un chico que olvida rápido y que posiblemente ya me hayas sacado de tu vida desde hace bastante tiempo.

Y aunque ese recuerdo aún sigue aquí; es menor, se que se difumina, por más de que trato de que se quede, pero es el tiempo haciendo su trabajo.

Un abrazo largo, un beso en la frente y mil besitos chiquitos en tus labios, que sé que aunque no te gustaban, los disfrutabas tanto como yo.

Te imagino

Siempre te imagino. Siempre. Todo alegre. Riéndote de la gente y de ti mismo. Te imagino hablando, con ese tono de voz y esa forma de hablar tan típica de tu país moviéndote de un lado al otro. Te imagino como la primera vez que hablamos y conectamos. Que los ánimes, que las series, que yo había visto Avatar 3 veces y tú también. Te imagino comiendo tu comida favorita, el arroz chaufa y también las hamburguesas. O cuando pasamos todo el día con tus amigos quitándonos el pan y bebiendo un vino a medio terminar. O cuando por primera vez me cocinaste. Te imagino en el cine viendo El Rey León, que disfruté más verte a ti que a la película. Te imagino sentado en el parque de mi casa. O cuando nos íbamos caminando del Real Plaza hasta tu habitación y era super lejos. Contigo aprendí a caminar. Te imagino tomándonos los vinos y el tequila, en las reuniones en casa de Pamela. Te imagino con tu cabello mojado saliendo de la ducha y como te gustaba mojarme la cara con el. Te imagino aquí conmigo viendo películas y también viéndote dormido. O cuando vimos el fútbol, tu país contra el mío… Todo un loquerío. Te imagino o mejor dicho te recuerdo que no es lo mismo ya lo sé. Pero parece que todo sucedió ayer. Parece que te tuve ayer. Y la verdad es que ya no te tendré nunca más. Pero aquí te guardo.

Silencios

De los silencios estoy aprendiendo, ya no les tengo miedo, ni cólera, ni tristeza, es más los acepto y les doy la bienvenida con un café.

Estar en silencio te hace descubrirte. Te hace no solo pensar en lo pasado, sino en amistarte poco a poco con tu presente. Mi silencio es prolongado porque la decisión que tomé aunque no quiera aceptarla es lo mejor que pude haber hecho.

Qué difícil es tenerte también hasta en mis silencios.

Día 7 desapego total

Es extraño sabes? Esto de no haberte llorado aún. Esto de estar haciendo lo correcto. Ya pasaron 7 días en los que no hemos hablado y 14 desde que no te veo. Pero sabes qué, tampoco quiero hacerlo. Me siento tan libre. No te mentiré. La ansiedad está. Y la tristeza también. Pero me gana esa sensación de que supe actuar a tiempo, de que todo lo que pensaba que estaba mal en ti ahora se está cumpliendo, porque el tiempo siempre me da la razón. La batalla interna la tengo, la vivo constantemente y la guardo como recuerdo cuando me pasa, es una energía que viene, se va y regresa. Pero la aguanto. La tengo que aguantar. Por mi. Porque es la única manera en la que voy a salir de esta cueva. No me arrepiento de nada.

Día límite

Hoy no me hablaste en todo el día. Mi angustia aumenta y duele. Ya no tengo uñas en los dedos. Y hasta mis lágrimas no me quieren abandonar. Tu última conexión fue hace 10min y creo que ni por error abriste mi chat. Estoy harta de tu amor a medias. Y un poco harta de elegir a tipos como tú. Harta de mi también por acostumbrarme a la gente tan rápido. Y por que no, de ser un poco estúpida. De ser buena persona se pierde más que se gana. A veces siento que mientras más bueno eres más mierda son contigo. Eso es ley. No lo dudes nunca. Hasta aquí llegué. Con tu amor por ratos. Hoy no te provoque al parecer. Y no me voy a quedar a esperar. No te importo. Tampoco tendría que importarme aclararte las cosas. Me voy sin decirte adiós. Y me voy para siempre. Si tanto sientes que no soy suficiente. Pues imaginate yo que lo di todo y aún así no signifique nada. De esto se prende. Lo único que pido es que en realidad lo haga, esto de no cometer el error otra vez. El problema es que ya van 3 errores seguidos.

Fracasar en el amor se ha vuelto una batalla constante conmigo misma. Quería llorar con todas mis fuerzas, gritar, ahogarme, sentía como si no hubiera respirado en mil días y necesitaba dar un suspiro enorme y cuando digo enorme se me estremece estómago, esófago y hasta el hígado. Quería vomitar todo mi llanto, expulsarlo. Debería aclarar que odiaba llorar, sintirme pesada y muerta por dentro. Odiaba este sentimiento inmundo, MIL VECES INMUNDO. TE ODIO SILENCIO, TE ODIO SOLEDAD, TE ODIO MALDITAS GANAS DE TENER A ALGUIEN Y NO PODER.

Mi hermoso presente

No quería regresar para atrás ni pensaba en ir para adelante, me quería quedar en el hoy para siempre, contigo.

Con tu cabello ondulado siempre oliendo muy bien, con tu mirada color caramelo y tus pestañas rizadas, con esa risa imperfecta y esa forma de ser brillante.

Me quería quedar ahí sentada viéndote reír y viendo el ser que eres, para ayudarte y para ver si es que podía resolver todos tus problemas. Me quería quedar viéndote dormido mientras te doy besos chicos y besos grandes.

Me quería quedar una vida ahí, disfrutándote. Disfrutando amarte y que me ames.

Te quería y eso es mi ahora y deseo que sea mi mucho tiempo.

En todo está ÉL

Ayer le pedí una señal a Dios porque iba a tomar una decisión importante. Y me envió a Luchito un amigo que hace ya bastante está en mi vida pero no era tan cercano. Afortunadamente, por estos tiempos hemos empezado hablar mucho y estoy segura que es obra de Dios. En el preciso momento en el que lo necesitaba apareció mi Luchis y me dijo lo que ya sabía pero que nadie se había atrevido a aconsejarme. Y creo que a las finales aparecimos los dos en la vida de cada uno. Porque espero yo también haberle ayudado en algo. Y haberlo aconsejado un poquito.

Dios está en todo. En absolutamente TODO. En lo bueno que te pasa, pero creo que sobretodo está en lo malo. Porque da lecciones de vida. Está también para enseñarte que no todo es color de rosa, sino que hay que lucharla, en todos los aspectos. Se a ciencia cierta que levantarse de cualquier caída es difícil, pero hasta en reconfortarte en la sanación ÉL ESTÁ. Solo necesitamos confiar en que paso a paso con su ayuda todo cambia hacia un bien, que lo merecemos y que ese cambio es para aprender.